Sé que es una tarea difícil de digerir. Además, no siempre tiene la culpa la persona despedida. Muchas veces es por la propia realidad del mercado, por el no encaje en un puesto, por las restructuraciones, o directamente porque tu jefe es un impresentable y un idiota. En otras ocasiones no, has hecho méritos.
En la vida debiéramos aprender más de las experiencias negativas que de las positivas, ya que nos orientan hacia los aspectos que tenemos que cambiar. Podrás estar de acuerdo o no, pero lo que está hecho, hecho está, y quizás no convenga malgastar esfuerzos en flagelaciones y lamentaciones. Es mejor dedicar toda esa energía a aprender, mejorar y a generar nuevas oportunidades.
Desde el momento en que te despiden, pasa a ser pasado. Del pasado, con el paso del tiempo, y por fortuna, sólo nos acordamos de las cosas buenas. Lo malo, debe servirnos para mejorar el presente y el futuro. Lo pasado pasado está, y hoy, sólo puedes trabajar el presente para que tu futuro sea mejor.
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