EL CAMPEÓN DE PERRITOS CALIENTES DE PENSAR EN GRANDE

2 marzo, 2019. 0 Comentarios
EL CAMPEÓN DE PERRITOS CALIENTES DE PENSAR EN GRANDE

EL CAMPEÓN DE PERRITOS CALIENTES DE PENSAR EN GRANDE

2 marzo, 2019 / 0 Comentarios

Para viajar ligero de equipaje y fijar nuevos limites, lo primero que tienes que hacer es «ver el bagaje».

Esto es lo que hizo Takeru Kobayashi, de esbelta figura, cuando superó el récord mundial de comer perritos calientes.

El récord mundial estaba en 25 perritos calientes más un octavo de perrito en un tiempo de 12 minutos. Kobayashi, que sólo pesa 57 kilos, fue objeto de las burlas de otros competidores en el campeonato de perritos calientes de Coney Island, dada su escasa corpulencia.

Entonces se comió 50.

Su demolición del récord anterior fue tan aplastante que el Urban Dictionary define al jugador dominante en un campo como “un Kobayashi”. Por ejemplo, hubo un tiempo en que Tiger Woods fue el «Kobayashi del golf.

Pero volvamos a nuestro tema. Kobayashi pensó que el récord existente no debía suponer un límite para su ambición, porque constreñiría su imaginación de lo que era posible. Los competidores anteriores llevaban demasiado lastre: pensaban que 25 perritos calientes más un octavo de perrito y, posiblemente, un poquito más, construían el limite definitivo de lo que era posible. De hecho, habían topado con una barrera mental, no física, porque no consiguieron pensar lo bastante en grande como Para superar el récord.

De modo que Kobyashi abordó la competición con un pensamiento fresco. Se dio cuenta de que era más eficaz separar las salchichas de los bollos. A esto se le llama «método Solomon».

Mientras empezaba a comerse las salchichas de dos en dos, gestionó el difícil problema de los bollos.

Para zamparse los bollos a buen ritmo, los mojaba en un vaso de agua y luego se los metía en la boca. Esto hace que sean menos secos, más rápidos de masticar y digerir, y encima ahorra el tiempo dedicado a beber agua.

También creó el “batido Kobayashi”, que consiste en saltar arriba y abajo y girar el torso, lo cual hace que la comida baje más rápido por el esófago y crea más espacio estomacal.

Por lo tanto, ésta es la pregunta que nos plantea todo esto: ¿es Kobayashi una maravilla física única, o detectó el equipaje mental que llevaban a cuestas todos los demás?

Bueno, ya conoces la respuesta. Una vez que Kobayashi mostró al mundo su equipaje, todo el mundo arregló el problema. Se dieron cuenta de que habían puesto límites a su propia ambición. Ahora Joel Chestnut posee el récord mundial de perritos calientes comidos de una sola sentada: 69.

Estos límites se encuentran por doquier. Éste es el equipaje mental que coarta nuestra ambición.

Tal como declaró Kobayashi a Dubner «De modo que si toda persona se deshiciera de esos pensamientos y aplicara a todas las cosas ese método de pensar, creo que el potencial del ser humano sería realmente grande, sería enorme si lo comparamos con lo que pensamos de nosotros mismos».