EMPUJÓ A SU ESPOSA PARA SALVARSE DURANTE EL HUNDIMIENTO DE UN CRUCERO

2 marzo, 2019. 0 Comentarios
EMPUJÓ A SU ESPOSA PARA SALVARSE DURANTE EL HUNDIMIENTO DE UN CRUCERO

EMPUJÓ A SU ESPOSA PARA SALVARSE DURANTE EL HUNDIMIENTO DE UN CRUCERO

2 marzo, 2019 / 0 Comentarios

Un día, durante una clase, una profesora relató a sus alumnos una historia sobre un crucero que se hundió en el mar. Contó cómo una pareja logró llegar hasta el último de los botes salvavidas, pero desafortunadamente se dieron cuenta de que solo había espacio para uno. No te imaginas la lección que aprendieron aquel día.

Durante un viaje, un crucero tuvo un terrible accidente en el mar que obligó a todos sus tripulantes a evacuarlo de emergencia. Una pareja logró llegar hasta el último de los botes salvavidas, pero por desgracia solo había espacio para una persona. En ese momento, el hombre empujó a su mujer y saltó al bote. La mujer se quedó en el barco y mientras se hundía le gritó algo a su marido.

La profesora paró y pregunto:

¿Qué creéis que gritó la mujer?

La mayoría de los estudiantes contestaron: ¡Te odio! ¡Eres lo peor!

Entre todo el alboroto, la profesora se dio cuenta de un chico que estaba en silencio y le repitió la pregunta.

El chico que estaba en silencio contestó: Profesora, creo que lo que le gritó fue algo como ¡cuida de nuestro hijo!

Sorprendida, la profesora le preguntó ¿Has oído esta historia antes?

El chico negó con la cabeza.

No pero eso fue lo que mi madre le dijo a mi padre antes de que muriese por una enfermedad. La profesora un poco afectada le dijo que la respuesta era correcta y prosiguió con la historia.

El crucero se hundió. El hombre regresó a casa y crió a su hija él solo. Muchos años después, el hombre murió y su hija encontró un diario mientras ponía en orden sus pertenencias. Resulta que pocos días antes de subir al barco, a la madre le había diagnosticado una enfermedad terminal. En aquel momento del hundimiento, el padre corrió hasta la única oportunidad de supervivencia de su hija. Él escribió en su diario. “Cómo hubiese deseado hundirme hasta el fondo del mar contigo cariño, pero por el bien de nuestra hija solo puede dejarte descansar en soledad.”

La clase estaba en silencio mientras la profesora terminó la historia.

Todos los estudiantes habían entendido la moraleja de la historia:

Lo que está bien y lo que está mal a veces es muy difícil de diferenciar. Es por esto que no sólo hay que centrarse en lo superficial y juzgar a los demás sin entenderlos por completo.

Aquellos que pagan las cuenta en los bares no lo hacen porque les sobra el dinero, lo hacen porque valoran la amistad por encima del dinero.

Aquellos que toman la iniciativa en el trabajo no lo hacen porque son estúpidos, sino porque comprenden el concepto de responsabilidad.

Aquellos que se disculpan primero después de una pelea no lo hacen porque estén equivocados, lo hacen porque valoran a las personas que le rodean.

Aquellos que a menudo te escriben no lo hacen porque no tienen nada mejor que hacer, lo hacen porque te tienen en su corazón.

Un día, todos estaremos separados los unos de los otros. Extrañaremos nuestras conversaciones más tontas y los sueños que teníamos. Los días pasan, los meses, los años, el tiempo pasa hasta que retomar el contacto con otra persona se hace raro. Un día nuestros hijos preguntarán “¿Quiénes son esos?” Y nosotros contestaremos “Con ellos tuve los mejores momentos de felicidad.”