LOS CARRITO DE LOS SUPERMERCADOS

2 marzo, 2019. 0 Comentarios
LOS CARRITO DE LOS SUPERMERCADOS

LOS CARRITO DE LOS SUPERMERCADOS

2 marzo, 2019 / 0 Comentarios

Sylvan Goldman era el dueño de la cadena de supermercados Piggly Wiggly en Oklahoma City, y le iba muy bien. Pero la cantidad de artículos que podía vender a sus clientes estaba limitada por la fortaleza de los músculos de sus brazos y por el dolor de sus dedos.

Reflexionó sobre el problema, que era que los clientes «manifestaban la tendencia a dejar de comprar cuando las cestas estaban muy llenas o pesaban mucho».

Con la ayuda de un carpintero y un operario de mantenimiento, le puso ruedas a las patas de una silla plegable y colocó una cesta en el asiento; aquel invento tan poco atractivo fue el prototipo del primer carrito de la compra.

Pero la idea no arraigó; los compradores no querían usar carritos. A los hombres les parecía que era indicativo de que eran demasiado débiles como para llevar sus propias compras, y las madres (de la época) sentían que ya habían empujado suficientes carritos en su vida.

Los carritos de Goldman tenían mucho sentido, pero eso no bastaba.

Así que pensó «sí, y…» y dio unos pasos adicionales.

Contrató a ayudantes que ofreciesen carritos a los compradores, y a modelos que se paseaban por sus tiendas demostrando mediante el ejemplo cómo podían tomarse su tiempo, reunir una gran cantidad de artículos y hacerlo sin ponerse a sudar ni lesionarse los bíceps.

Al final la idea caló, los supermercados se rediseñaron para permitir la compra con carrito y Goldman pudo percibir un canon por cada carrito plegable vendido.

Goldman había sacado a la superficie su caballo blanco. Y fue un paso más allá e hizo realidad su idea. Pero eso no bastaba. Fue necesario tener más buenas ideas para que la primera tuviera éxito.

Y eso es lo que hizo falta: una idea sobre otra, pensar en grande sobre pensar en grande, para meter en el mundo su Gran Idea, que al final no sólo le convertiría en multimillonario, sino que sería uno de esos inventos que pasan un tanto desapercibidos, pero cambian el mundo.

Del libro El pequeño libro para pensar en grande de Richard Newton