Un día un niño se paró ante un pensador y le preguntó:
-¿De qué tamaño es el universo?
Mientras le acariciaba la cabeza, el hombre miró hacia el infinito y le respondió:
-El universo tienen el tamaño de tu mundo.
Confuso, el niño indagó otra vez:
-¿Y de qué tamaño es mi mundo?
Y el pensador le respondió:
-Tiene el tamaño de tus sueños.
Del libro Nunca renuncies a tus sueños