Cuentos

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EL CORONAVIRUS TAMBIÉN PASARÁ

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Una vez, un rey de un país no muy lejano reunió a los sabios de su corte y les dijo:

– “He mandado hacer un precioso anillo con un diamante, con uno de los mejores orfebres de la zona. Quiero guardar, oculto dentro del anillo, algunas palabras que puedan ayudarme en los momentos difíciles. Un mensaje al que yo pueda acudir en momentos de desesperación total. Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a los hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa debajo del diamante de mi anillo”.

Todos aquellos que escucharon los deseos del rey, eran grandes sabios, eruditos que podían haber escrito grandes tratados… pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo de un diamante de un anillo? Muy difícil. Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada en que ajustara a los deseos del poderoso rey.

El rey tenía muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre, que había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto, era tratado como la familia y gozaba del respeto de todos.

El rey, por esos motivos, también lo consultó. Y éste le dijo:

– “No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje”

– “¿Como lo sabes preguntó el rey”?

– “Durante mi larga vida en Palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un maestro. Era un invitado de tu padre, y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañe hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje”.

En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje. Lo dobló y se lo entregó al rey.

– “Pero no lo leas”, dijo. “Mantenlo guardado en el anillo. Ábrelo sólo cuando no encuentres salida en una situación”.

Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y su reino se vio amenazado.

Estaba huyendo a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos. En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle.

Caer por el, sería fatal. No podía volver atrás, porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo.

Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrió y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso para el momento…

Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.

En ese momento fue consciente que se cernía sobre él, un gran silencio.

Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino. Pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio. Ya no se sentía el trotar de los caballos.

El rey se sintió profundamente agradecido al sirviente y al maestro desconocido. Esas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente su ejército y reconquistó su reinado.

El día de la victoria, en la ciudad hubo una gran celebración con música y baile…y el rey se sentía muy orgulloso de sí mismo.

En ese momento, nuevamente el anciano estaba a su lado y le dijo:

– “Apreciado rey, ha llegado el momento de que leas nuevamente el mensaje del anillo

– “¿Qué quieres decir?”, preguntó el rey. “Ahora estoy viviendo una situación de euforia y alegría, las personas celebran mi retorno, hemos vencido al enemigo”.

– “Escucha”, dijo el anciano. “Este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero”.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje… “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”

Y, nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba. Pero el orgullo, el ego había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio como lo bueno.

Entonces el anciano le dijo:

– “Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche; hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.



APRENDER DE LOS ERRORES

Los dos motores del avión se apagaron súbitamente.El experimentado piloto Hoover logró realizar una aterrizaje de emergencia, aunque el avión quedó seriamente dañado. Lo primero que hizo fue inspeccionar el tanque de gasolina. Tal como sospechaba, habia sido cargado erróneamente con otro tipo de combustible. Hoover preguntó por el mecánico de mantenimiento. El joven mecánico estaba aterrizado por su grave error. Le corrían las lagrimas por las mejillas al ver a Hoover acercarse directo hacia él. Era consciente de su metedura de pata. Abia provocado la pérdida del avión y podía haber causado la muerte del piloto. Era fácil imaginar en ese momento la ira de Hoover y la tormenta verbal que le iba a caer al mecánico. Sin embargo, Bob Hoover no le reprochó nada. En su lugar, puso su mano sobre el hombro de aquel muchacho y le dijo:”mañana vuelo de nuevo. Quiero que se ocupe de de preparar mi F51 Mustang”.

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EL ESFUERZO

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¿Fuiste de pequeño alguna vez al circo a ver al hombre más fuerte del mundo? Si, ese grandullón con bigote y traje de leopardo. En cada actuación se esforzaba para levantar los doscientos kilos anunciados en la publicidad del circo. Cada día daba el 100% ara levantar el peso. ¡Todos los días!

A mi me asombraba desde que era niño ver a una persona dando el techo de su esfuerzo en su trabajo todos los días. Yo, desde bien pequeño me preguntaba más de una vez ¿por qué no levanta un poco menos de peso? Nadie lo habría notado. Si fuera él, levantaría algo menos para que fuera más fácil mi trabajo. Así no tendría que esforzarme todos los días en dar el 100% en cada actuación. Ese mínimo porcentaje no cambiaría la impresión causada en el publico. Nadie se daría cuenta.
¿Por que el hombre mas fuerte del mundo no lo hacia?
Por que se empeñaba en llegar al limite de sus fuerzas en cada una de sus actuaciones? Es verdad, que si un día levantara un poco menos de peso lo tendría mas fácil. No necesitaría esforzarse al máximo cada jornada de trabajo. Su vida seria mas llevadera. Pero unos días mas tarde se vería obligado a reducir el peso otro poco para no tener que esforzarse al máximo. A la semana reduciría el peso de nuevo para no tener que dar el tope. Como muy tarde, pasados unos meses, tendría que buscarse otra profesión menos agotadora porque nadie iría al circo a ver a un forzudo que levanta poco peso.

La cultura del esfuerzo

Solo cuando el hombre mas fuerte del mundo se marca como meta levantar el 100%o cada día logrará elevar por encima de sus hombros los doscientos kilos sin derrumbarse. La única manera que tiene de mantener un nivel de rendimiento alto consiste en querer llegar al máximo cada día. Así le ocurre al hombre mas fuerte del mundo, a la cantante del momento, al actor de moda o al tenista profesional. Se esfuerzan en darlo todo en cada actuación, escena o partido. ¿Por que el tenista numero uno lucha cada bola? Por que la cantante numero uno se esfuerza al máximo en cada actuación? Por la física del agua. A 99 grados el agua solo quema, a 100 grados herve. El agua hirviendo produce vapor, y el vapor mueve las turbinas de las enormes hélices de un barco de gran tonelaje o de una pesada locomotora. Y es un
único grado. Un solo grado mas que marca la diferencia. ¡’Toda la diferencia! El caballo ganador en una carrera se lleva todo el merito, el mayor premio. El segundo caballo gana muy poco en comparación. Una diferencia muy grande en ganancias para una distancia de una sola cabeza entre ellos

Del libro: Cómo liderar hoy con 4 conversaciones, de Alejandro Hernández



LA SIPEROSIS Y LAS ESQUEROSIS

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A los cuarenta minutos de comenzar mi taller de negociación con el comité de dirección de Elpozo, aprendí una lección para toda la vida. Su presidente se levantó, se me acercó, y me susurró al oído una frase que contenía una palabra desconcertante: “En esta empresa no hay “siperosos“. Si, has leído bien: siperosos. Durante cuarenta minutos usé “si, pero”siete veces. Es esa empresa, quien arranca su discurso con un “si, pero”, lo llaman siperoso. Saben por experiencia que la siperoris es altamente contagiosa.

El presidente de Elpozo se sentó. Me disculpé con otro inicio de frase muy común: “es que no sabia”, “es que claro, como no conozco su empresa”, “es que …”. Se volvió a levantar. Vino hacia mi otra vez. Me volvió a susurrar al oído una segunda palabra más desconcertante todavía. Con mucha delicadeza me dijo: “en esta empresa no hay esquerosos. ¿Cómo? Un esqueroso es un colaborador con el que da asco trabajar. Desde entonces, como te puedes imaginar, ya no me han vuelto a llamar para impartir más talleres.

Ojo con la siperosis y la esquerosis porque son contagiosas. Empieza a construir esa cultura de la solución y no del problema. El que pone peros, es un siperoso. El que dice es que, es un esqueroso.

Es más fácil buscar una excusa que una solución.

Del libro :Cómo liderar hoy de Alejandro Hernández

¿DE INMEDIATO?

No es una acción puntual la que determina la victoria, no gana el partido el que marca el gol más bonito, sino que es la suma de todas y cada una de las acciones desde que empieza hasta que acaba el partido lo que lo decide. La temporada jamás deviene un fracaso de repente, o por un mal partido. Más bien, caes en él después de repetir pequeños errores una y otra vez, sin corregirlos, a lo largo de demasiado tiempo. Y similarmente, el éxito se alcanza por la suma de pequeñas y sencillas acciones realizadas durante días, semanas, meses,…

Del libro: “Jugar con el corazón” de Xesco Espar

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DECIDIR, BIEN O MAL, PERO DECIDIR

La gente admira a Michael Jordan. Lo admira porque en ciento veinticinco partidos metió el balón en la canasta en el ultimo momento, y por esa canasta el equipo ganó. Lo que la gente no sabe es que en el mismo número de partidos falló, y el equipo perdió. La gente solo se acuerda de las veces que acertó, a pesar de que otras tantas falló. ¿Por qué lo admiran entonces? Porque él siempre lanzó el balón.

Del libro: “Jugar con el corazón” de Xesco Espar

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MERECER GANAR

El objetivo de cualquier equipo no debe ser solamente ganar un partido o un campeonato, sino merecer ganarlo. Ganar depende de muchos factores, algunos de los cuales no son controlables: una lesión el día del partido, un viaje accidentado que no te permite descansar bien, una decisión determinada de los árbitros que te puede poner nervioso… ganar es muy difícil. Pero lo que si podemos hacer es trabajar cada día para merecernos ganar ese campeonato, para construir un equipo que merezca ser campeón. El éxito en el deporte no se persigue, sino que se atrae por quien te conviertes día a día. Merecer ganar siempre depende de nosotros, ganar no. Y por eso mismo ganar no es suficiente, hay que ganar y haberlo merecido.Claro que hay equipos que gana sin merecerlo, pero ¿Cuántas veces más ganan?

Del libro: Jugar con el corazón de Xesco Espar

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EL OBJETIVO

Hubo una vez un joven estudiante que viajó muchos kilómetros en busca de un famoso maestro espiritual. Cuando por fin lo conoció le dijo que el objetivo principal de su vida era convertirse en el hombre más sabio de la tierra. Por eso necesitaba el mejor maestro.

Viendo el entusiasmo del joven, el maestro estuvo de acuerdo en compartir con él sus conocimientos y le permitió que se unirá a él.

¿Cuánto tiempo tardaré y en hallar la iluminación? Preguntó inmediatamente el muchacho.

Cinco años, respondió el maestro.

Es demasiado, dijo el muchacho. No puedo esperar cinco años. ¿Y si estudió el doble que otros alumnos?

Entonces, diez años, fue la respuesta.

¡Diez años! Y si estudio noche y día con toda mi alma, ¿cuánto tardaría en convertirme en el sabio que siempre he soñado ser?

Quince años, contestó el maestro.

El muchacho estaba muy frustrado. ¿Cómo que es posible? Cada vez que te digo que trabajaré más duro para lograr mi objetivo de comentas que tardaré más tiempo.

La respuesta es sencilla, dijo el maestro. Si pones un ojo en la recompensa sólo te queda otro para centrarte en el objetivo. 

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EL CLIENTE EN EL CENTRO

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Unas semanas después de la muerte de su madre, Lamarr escribió en su blog acerca de un inesperado encuentro con Zappos. Durante su larga enfermedad, su madre había perdido mucho peso, y sus viejos zapatos se le habían quedado demasiado grandes. Así que Lamarr, con la intención de levantarle el animo, le compró siete pares de zapatos por internet. Solo dos pares le fueron bien, pero Lamarr, que estaba muy ocupada atendiendo a la enferma, no tuvo tiempo de devolver los otros cinco.

Cuando su madre murió, Lamarr recibió un email de Zappos preguntándole por los pares que no había devuelto. Les contestó explicando su situación, y un empleado de Zappos se ofreció a enviar un mensajero de UPS a su casa para que no tuviera que ocuparse de las cajas, las etiquetas y todo lo demás. Fue un gesto muy considerado. Así es como Lammar lo describió: “cuando volvía a casa de la ciudad, me crucé con un florista que salia de mi casa. Había traído un precioso ramo en una cesta con lirios blancos, rosas y claveles. Un ramo grande, exuberante y perfumado. Saqué la tarjeta, y era de Zappos. Me eché a llorar. Soy muy sentimental y creo que es una de las cosas mas bonitas que me han pasado nunca. Así que…SI COMPRAS UNOS ZAPATOS POR INTERNET, COMPRALOS EN ZAPPOS. Con corazones como el suyo, sabes que nunca te causarán ningún problema.

Ningún programa ni manual de empresa podrían haber inspirado esta interacción humana tan auténtica. Fue un empleado movido por la perdida de un cliente y guiado por la dedicación de la empresa al servicio quien decidió hacer algo especial sin pedir permiso. Ese pequeño gesto envió una inmensa señal sobre el tipo de organización que Zappos aspira a ser. El post de Lamarr corrió por toda la web, condujo a innumerables links de otros blogueros y se convirtió en uno de los temas más buscados en internet. Meses después del post, una búsqueda de Zappos en Google daba como resultado el tributo de Lamarr entre los primeros puestos, un mensaje de incalculable valor, otra pieza de folclore que separa a la empresa de la competencia.

No tenemos un proceso o procedimiento para eso- explica Hsieh-. Es imposible. No puedes predecir todas las situaciones que se van a producir. Pero si tienes la cultura de la empresa adecuada, estas cosas ocurren por sí solas. Se crean miles de historias, y estas historias hacen que corra la voz sobre Zappos.

No intentamos maximizar cada transacción. Estamos intentando crear una relación duradera con nuestros clientes, uno a uno.

Del libro: Hazlo distinto y triunfa.

EL SERVICIO DE ZAPPOS

Esa misma noche, tras una larga jornada de trabajo, tres ejecutivos de Skechers y otros tres de Zappos salieron de juerga. Despumes de, según sus propias palabras “haber ido a unos cuantos bares”, volvieron al hotel un poco alegres, muy hambrientos y cuando el servicio de habitaciones ya había cerrado. ¿Dónde podemos conseguir una pizza?, preguntó uno de los ejecutivos de Sketchers.

“Oye Zappos es el máximo exponente en el servicio a cliente- interrumpió Hsieh-. Llama al telefono de atención gratuita. Así que el ejecutivo puso su teléfono el altavoz, marcó el numero de Zappos y preguntó con tono de desesperación si podían enviarle una pizza al hotel. “Durante un momento se hizo un silencio extraño” cuenta Hsieh. “¿sabe que está llamando a Zappos, no?- Le preguntó el empleado-. Pero no cuelgue, voy a ver qué puedo hacer.” Al cabo de un par de minutos, el operador volvió con el nombre y los números de teléfono de las pizzerías de Santa Mónica que repartían de madrugada. Poco iba a imaginar aquel empleado que había causado una gran impresión en un proveedor muy importante y que había protagonizado un divertido ejemplo de precisamente el tipo de comportamiento que el director general estaba tratando de instigar en la organización.

Ese tipo de servicio y atención excepcional por parte de un empleado de primera linea es infrecuente, aunque no tanto como se podría pensar , al menos en Zappos. Puesto que la empresa no vende artículos que tiene en stock, los clientes que no logran lo que necesitan en el sitio suelen llamar pidiendo ayuda. Una de sus reglas mas estrictas es que si un cliente llama preguntando por un modelo especifico en una talla especifica, y Zappos no lo tiene es stock, el responsable tiene que buscar en al menos tres competidores de Zappos, y si encuentra el modelo en stock, tiene que dirigir al cliente a ese sitio. En otras palabras, tiene que facilitar todo lo posible que el cliente haga la compra en otro sitio. “Obviamente, en ese caso perdemos la venta- dice Hsieh-. Pero hemos servido al cliente.

Del libro: “Hazlo distinto y triunfa”

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TU UNIVERSO

Un día un niño se paró ante un pensador y le preguntó:

-¿De qué tamaño es el universo?

Mientras le acariciaba la cabeza, el hombre miró hacia el infinito y le respondió:

-El universo tienen el tamaño de tu mundo.

Confuso, el niño indagó otra vez:

-¿Y de qué tamaño es mi mundo?

Y el pensador le respondió:

-Tiene el tamaño de tus sueños.

Del libro Nunca renuncies a tus sueños

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TU NUEVA VIDA

Una joven casada odiaba a su suegra. El odio era tal que acudió a un brujo para librarse de ella. El brujo le aconsejo que la envenenara con un producto indetectable que debería ponerle en el té cada día los próximos tres meses. En el intervalo era vital que la suegra no sospechase nada, así que le dijo que la tratara con educación, con respeto y cortesía, y evitara peleas y procurara suavizar las relaciones, de esta forma impediría la sospecha de la suegra.

A los dos meses y medio, la joven volvió llorosa y desesperada, ya que no quería que su suegra muriera, en esos dos meses de cortesía y buena educación las relaciones habían cambiado y ahora estaba muy arrepentida y quería revertir los efectos del veneno. El brujo le explicó que no se preocupara, que el producto que le había dado era inofensivo. Que fuera a su casa y disfrutara de su nueva vida.