Todo lo que das se agradece y se valora la primera vez. Luego, al cabo del tiempo, si se repite pierde fuerza, y a la gente le parece normal, ya que se acostumbra a ello. Así, a nuestra gente le parece normal que el día de su cumpleaños su responsable directo le de un regalo y le felicite. Se han acostumbrado a ello. Algunos, hasta pueden criticar el regalo de ese año. Pero para que esto sea posible, alguien ha reflexionado sobre qué comprar a 80 personas, intentando además que fuera diferente a lo de los años anteriores. Después, se ha realizado el pedido, efectuado el pago y recepcionado en el almacén. Más tarde, el día concreto, el responsable, ha ido a recoger el regalo al almacén, ha buscado a la persona que cumple años, y le ha dado el regalo felicitándole. Para el que lo recibe son 30 segundos, para la organización, son muchos más. Y así, con todo lo que hacemos.
Todo lo que quitas se recuerda para siempre, cada año. Además, te lo echarán varias veces en cara a lo largo de tu vida profesional. Aquello que no se valora, sirve de critica cuando se suprime.
Repito muchas veces que la gente vive en nuestra realidad, y que sería conveniente salir fuera para ver qué hay por ahí. Es fácil acostumbrarse al calor de dentro. Fuera, muchas veces, hace frío.
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