Hace unos meses nos visitó uno de nuestros clientes principales. Tras un par de horas de reunión, bajamos a enseñarles la planta. En Hidro Rubber llevamos 4 años trabajando la metodología lean en planta. Resulta que en una etapa anterior de su vida, este cliente que nos visitaba había trabajado varios años implantando Lean. Al final de la visita me comentó:”Jon, es de las pocas plantas que he visto donde realmente se ve que se hace Lean, que no es un escaparate para las visitas”.
Aunque nos ha costado mucho llegar donde estamos, y nos falta todavía muchísimo, hemos entendido que el lean no es un proyecto, es una transformación cultural. Es un manera de ver y de vivir las cosas, y este cambio de mentalidad lleva tiempo. He aprendido que para proyectar hacia fuera, antes hay que mudar dentro. Primero hay que ser para luego mostrar.
Es decir, para que tu cliente entienda que eres, por ejemplo, flexible, no se trata de comunicárselo, se trata de alinear a toda la organización y trabajarla para que absolutamente todos los departamentos sean flexibles. Una vez que lo consigues, ello solo se proyectará hacia fuera, y alcanzará a tus clientes. Y así con todo. Si te quieres diferenciar en algo, tienes que trabajar ese algo para que sea “innato” en tu gente, luego la organización “sudará” ese algo. Yo lo suelo llamar “el alma” de la organización. Y es que hay mucha empresa que dice ser angel y de fondo hay diablo.
Normalmente, nos atribuimos una serie de valores que no tenemos y se las comunicamos al cliente para intentar que nos compre. Como siempre, “no es oro todo lo que reluce”. Y más pronto que tarde…
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