Mucha calma no ayuda. Vivir en un estado permanente de letargo hace que las cosas vayan muy despacio. Hay personas que llevan instaurado un ritmo de crucero vacacional. He de confesar que en alguna ocasión me ha dado ganas de agarrar a alguien del brazo y aumentarle el ritmo.
Mucho estrés tampoco es bueno, termina en enfermedad. Como en todo, el punto medio es lo óptimo. El punto medio, no tu punto medio, ya que tu punto medio puede ser la calma de alguno o el estrés de otros. El punto medio para mi es el que aprieta pero no ahoga. Nos mantiene en un estrés sano en el que hay que trabajar de forma profesional y eficiente a un ritmo alto pero sin que llegue a ser asfixiante. Es un estado de tensión sano que te obliga a producir pero en el que te encuentras cómodo.
En cualquier caso, cada uno deberá adaptar su ritmo, su punto medio, y hacer que este coincida con el que necesita la organización para la que trabaja, que no deja de ser el que te impone el mercado.
Siempre en el punto justo…
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