No tengo nada en contra de los funcionarios. Los hay buenos y los hay malos. Desde luego, no sería mi trabajo ideal. Simplemente porque soy inquieto, y el funcionariado me parece, en la mayoría de los casos, monótono y aburrido. Me apena leer que en España, 4 de cada 10 jóvenes menores de 25 años quieren ser funcionarios. Jornada continua, empleo asegurado y calma chica. Así no creamos país. Así no crecemos. Así solo crece el gasto. Necesitamos crear empresas que generen puestos de trabajo y desarrollen productos nuevos y personas. Necesitamos generar puestos de trabajo que generen riqueza y dinero. Porque el sueldo de los funcionarios sale de los impuestos, y si solo hay funcionarios, no habrá dinero para pagarles, y el sistema se caerá solo. Para ponerlo en perspectiva, ahora mismo hay en España 2.968.522 funcionarios. Unos pocos.
Mientras el sueño de muchos jóvenes españoles es sumarse al “papa Estado”, en China, USA y otros lugares del mundo están trabajando en crear tecnología, productos y empresas que sean diferenciales y que cambien el mundo. La ambición de nuestros jóvenes y la de los jóvenes de otros países es muy diferente. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Debemos cambiar las mentalidades de las nuevas generaciones a la vez que se dedica más dinero público a generar empresa privada.
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Estando de acuerdo en principio, no habría tanta gente queriendo ser funcionaria si las empresas ofrecieran una estabilidad que garantice poder hacer un plan de vida con perspectiva de futuro. En mi caso, después de 25 años en empresas privadas, queriendo aportar mi experiencia y mis conocimientos, no he logrado una estabilidad que a mis 54 años me de la tranquilidad de saber que me voy a poder jubilar trabajando. No me ha quedado otro remedio que recurrir a la administración, donde sé que, pase lo que pase, una vez que firme un contrato, tendré trabajo hasta que finalice, sin que un día llegue mi jefe con la carta de despido y el finiquito.
Pero desgraciadamente, y a pesar de los innegables avances en igualdad, para las mujeres sigue siendo mucho más difícil que para los hombres desarrollar una carrera profesional satisfactoria y al mismo tiempo sacar adelante tres hijos sin casi ayuda de su padre. Así que la administración es la única alternativa muy a nuestro pesar. Estoy de acuerdo contigo, el trabajo de funcionario no es tan enriquecedor como el de la empresa privada y no por aburrido, sino porque no tienes la sensación de estar aportando nada importante a nadie. Pero aporta estabilidad y posibilidades de conciliación que la empresa privada niega a los trabajadores. A veces no queda más remedio que ser funcionario.
Hola Nelia,
Estoy de acuerdo con lo que dices. Al igual que hay funcionarios buenos y malos, con ganas de cambiar las cosas y otros con no hacerlo, hay empresas buenas y malas, al igual que personas. Las empresas están expuestas a los vaivenes del mercado, mientras que la administración no, aunque también debiera poder regurlarse en función del contexto del país.