Todos los trabajos son importantes. Cualquier tarea que deje de realizarse empeora o invalida el conjunto.

Tú ya sé que si te lo mereces, pero probablemente hay gente que no, al menos íntegramente.

¡Pues claro que es difícil lo que haces! De lo contrario, todo el mundo estaría haciendo lo mismo que tú.

Nos genera una felicidad más duradera la expectativa que el propio resultado. Nos da mayor placer e ilusión la posibilidad de conseguir algo que el hecho de obtenerlo.

Si eres conformista, muy bien, vivirás tranquilo el resto de tus días. A sobrellevarlo. Si como tú, el resto de compañeros en tu empresa son conformistas, yo personalmente, me alarmaría.

Es gratis y además te quedas a gusto. Pero la mayoría de las veces no está justificada, lo hacemos porque hace la función de descargo, de liberación.

Existe el placer porque existe el deber. Al igual que existe el derecho, pero lleva consigo una obligación. Normalmente nos gusta la parte bonita y nos olvidamos de la fea, la que lleva esfuerzo.

La mayoría de las veces el éxito no es consecuencia de una acción puntual. No gana la liga el que jugó muy bien un partido o el que gano por 10 goles en una ocasión.

Cuando te gusta tu trabajo casi todos los días de la semana son viernes, cuando no, casi todos los días son lunes.

Ya lo dijo Pablo Picasso; “Si la suerte existe, mejor que me encuentre trabajando”. Porque es así, cuanto más practico mejor me sale.

Lo he comentado anteriormente en mi blog, SOMOS BUENOS. No obstante, nos cuesta creérnoslo y tener esa actitud ganadora SIEMPRE.

Una moneda tienes dos caras. La puedes echar cuantas veces quieras, no siempre te saldrá cara.