Dice la teoría que uno es experto en algo cuando ha practicado 10.000 horas en la materia. La realidad, normalmente, es diferente, la gente abandona muchas hora antes, unas 9.

Son quienes te rodean los que te mejoran, o te empeoran. Te guste o no, una parte importe de tu forma de ser y hacer viene definida por las personas con las que compartes más tiempo.

Los tiempo difíciles forman mejores personas y profesionales. Aprendemos cuando tenemos retos, o si quieres, puedes llamarles problemas. Cuando todo es fácil y cómodo es complicado crecer.

Todo aquello que pueda hacer un robot lo hará un robot.

Practicar es hacer algo repetidas veces. Cuando se repite mucho se llega a dominar, a ser experto.

Mal anda la sociedad cuando una no sabe lo que es un personaje histórico y para el otro el suyo es Torrente. Ya lo decía Groucho Marx, “Paren en mundo que me bajo“.

Esa es la actitud. Otra cosa es lo que se consiga. Cada persona en su puesto debería procurar ser el mejor profesional del mundo.

Llamar a las cosas por su nombre no es faltar el respeto.

Cuando eres joven te pagan poco dinero, porque parte del salario es en aprendizaje que la empresa te está dando en experiencia.

Hace poco he leído un libro sobre la cultura de Netflix y una de las cosas que me llamó la atención es que comentaban que si una persona que depende de ti te comunica que deja la organización, y

El mercado te paga por tu conocimiento, que suele ser una combinación entre teoría y experiencia práctica.

Tu empresa tiene que tener atractivo. Deberá ofrecer como mínimo salarios de mercado, quizás algo más que de mercado para aquellos que tienen un talento descomunal.