La venta termina cuando se cobra, no cuando se vende. Este es un concepto que cuesta entender a la mayoría de los vendedores. Se preocupan por buscar clientes y por venderles, y piensan que ahí han terminado su trabajo.
El trabajo del comercial termina cuando se ha cobrado del cliente. No sirve de nada vender y no cobrar. Muchos pedidos sin cobrar pueden llevar a una mala situación económica a una empresa. Es cierto que en el proceso de cobro intervienen otros departamentos de la empresa, como pueden ser el administrativo, el financiero, contabilidad…. pero en mi opinión, la responsabilidad final de cobrar es del comercial (y comienza al principio de la venta).
Reclamar un cobro es una tarea desagradable, pero necesaría. A lo largo de mi vida profesional he aprendido dos cosas respecto al cobro:
Totalmente de acuerdo. Pero en este país, no se termina de asimilar que las condiciones de pago y su aseguramiento, forman parte de la negociación comercial.
Y el cálculo es muy sencillo: Una pyme que facture 2 MM € y obtenga un B.A.I. del 5% sobre facturación, uno o varios impagados de 100.000 € se comen dicho beneficio. Y ese cálculo se debería realizar por cada cliente: el beneficio que aporta y el riesgo que mantiene.