Hoy hablamos del trabajador del conocimiento, la persona en el centro, de la inteligencia artificial, de la digitalización y la descarbonización.

Es muy importante que las personas conozcan cómo contribuyen a la organización con su trabajo. Es igualmente importante que conozcan para qué hacen las cosas.

Al igual que cada persona, cada empresa es única. Esa unicidad en la empresa la dan las personas.

Hay empresas en las que se siente la magia. Y el verbo es ese, “sentir”. Desde que entras, hasta que sales, te imbuye un halo especial.

Normalmente, los sistemas tienden a regularse. Hay sistemas que funcionan mal y necesitan de un apoyo adicional que ayude en la coordinación para que el sistema opere de forma óptima.

Es cierto que acudimos 8 horas al día a la empresa en la que trabajamos precisamente a eso, a trabajar. Pero eso no significa que la gente no pueda ser feliz en el trabajo.

Hoy vamos toda la plantilla a visitar Volkswagen Navarra, 84 personas. Es la formación grupal que realizamos toda la empresa juntos cada año.

No tiene sentido sembrar semilla nueva en piedra. No saldrá nada. Debemos dedicarnos a la gente que realmente puede florecer y no dedicar esfuerzo en terreno muerto.

Hay una gran diferencia entre el interés y el compromiso. En el primer caso, solo se da la acción cuando hay una conveniencia.

Todo lo que das se agradece y se valora la primera vez. Luego, al cabo del tiempo, si se repite pierde fuerza, y a la gente le parece normal, ya que se acostumbra a ello.

Lo importante en una organización es que todos juguemos a lo mismo, y que además nos guste. Si jugamos a futbol, le damos al balón con el pie, sacamos de banda, hay portero y echamos corners.

Lo que haces es importante, pero hay más gente parecida a ti haciendo lo mismo, dando el mismo producto o servicio que tú, y en una franja de precios similar a la tuya.