Cuando una persona no quiere cambiar no cambia. Los gestores del cambio debemos hacer visuales los beneficios del cambio y animar a la gente a que participe, y solo en caso de que sea de vida o muerte, imponerlo. El cambio se dará mucho antes si la persona que debe participar en el proceso se siente parte del mismo. Si conoce los de detalles de lo que se pretende, los porqués. Es muy difícil creer sin ver…
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Así lo creo yo. A las personas, incluso podemos desarrollarlas que suele ser más habitual, que es lo que intento hacer; pero cambiarlas no creo que haya ayudado a cambiar a ninguna. Cuando era joven sí creía que era posible influir a las personas para que cambiasen, con el tiempo he considerado más sabio aceptar a cada cual como es, intentar que de lo máximo de sí sin forzarlo, y centrarme en buscar el sitio adecuado en la empresa para aprovecharlo sin perder de vista sus puntos más débiles. Y por desgracia, no siempre se consigue.