Reflexiono estos días sobre la innovación. Las empresas no estamos acostumbradas a innovar. Nuestras estructuras están creadas para replicar un producto seriado de forma eficiente. Somos buenos gestores de lo que ya hacemos. Por eso nos cuesta tanto llevar las nuevas oportunidades a negocio. La innovación y la gestión son dos sistemas independientes, aunque deben estar estrechamente relacionados. Digo independientes porque cuando tenemos gente que está en el día a día y pretendemos que esté en el futuro, solo está en el día a día.
La innovación realiza una parte del trabajo para que luego la gestión se encargue de rematarla en forma de negocio. Si solo gestiono, todo mi esfuerzo estará centrado en el corto y el medio. Por el contrario, si solo innovo, no seremos capaces de asentar las ideas, de consolidarlas en negocio. Ambas deben trabajar conjuntamente para crear, desarrollar y explotar las nuevas oportunidades, teniendo cada una más o menos peso en cada una de las partes del proceso.
Hay que generar espacios y momentos para dejar fluir ideas que deriven en aspectos innovadores