Cuando Vijay abrió su tienda, colocó un cartel que decía: “aquí vendemos pescado fresco”. Su padre se paró delante de la tienda y le dijo que la palabra “vendemos” sugería un énfasis en el vendedor, el lugar de en el cliente, y no era necesario utilizar la primera persona del plural. De modo que cambiaron el cartel por “aquí se vende pescado fresco”.
Su hermano vino de visita y le sugirió que la palabra “aquí” podría eliminarse, ya que era superflua. Vijay estuvo de acuerdo y cambió el cartel por otro que decía “se vende pescado fresco”.
A continuación, su hermana intervino y le dijo que el cartel debería simplemente decir “pescado fresco”. Claramente lo que se hacía en la tienda era vender el pescado; ¿ qué otra cosa se podía hacer con él?
Más tarde, 1 de los vecinos se acercó a felicitar a Vijay por la apertura de la tienda. Y le mencionó que todos aquellos que pasaran por ella podían ver que el pescado era realmente fresco. Mencionar la palabra “fresco” hacía que el cartel pareciera en realidad defensivo, como si hubiera resquicio para la duda acercade la frescura del pescado. Con eso el cartel quedó reducido a una única palabra: “pescado”.
Mientras Vijay volvía a su tienda después de un descanso, se dio cuenta de que se podía identificar perfectamente al pescado por su olor a una gran distancia; de hecho, a una distancia desde la cual malamente se podía distinguir lo que había escrito en el cartel. Entonces se dio cuenta de que no era necesario incluir ni siquiera la palabra “pescado”.
Del libro: Presentación zen