Recibes lo que das. Hay trabajadores que piensan y actúan como si solo tuvieran derechos. Y derechos tienen, pero también obligaciones. Nos gusta más quedarnos con las primera parte y si es posible obviar la segunda. Hay personas en las empresas que se merecen un trato diferente, simplemente, por que dan más de lo que se les ha pedido, y se debe corresponder. Cuando tienen una necesidad personal determinada, la empresa debe ser flexible. Sin embargo, hay otra serie de personas con las que la empresa no debe ser flexible. Aquellas, que arraigados en sus derechos, son incapaces de realizar ningún esfuerzo adicional necesario para la empresa. Si jugamos a los límites, jugamos todos, en las dos direcciones. Sin embargo, aquellas personas que no dan nada adicional, tienen necesidades; familiares, económicas, salud,… ¿Debemos dar cuando tú nunca das? En mi opinión, solo al principio, porque alguien tiene que dar el primer paso. Damos, damos, damos, y si vemos que la otra personas no da nunca, se deja de dar. Se trata de una convivencia en la que unas veces tendré que ceder yo y otras tú, siempre pensando en un objetivo común por el que trabajamos los dos. No se trata de que siempre ceda yo.
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