Todos conocemos que lo importante es lo de dentro, la esencia. No se trata de lo que aparenta la persona, sino de lo que realmente es. El envoltorio es el escaparate que solo sirve para hacerlo bonito, pero lo que realmente vale es el contenido. El envoltorio es la primera impresión, el contenido la impresión continuada. Puedes comprar un producto por el packaging, pero como lo que va dentro sea de mala calidad o no te guste, no lo volverás a comprar.
A lo largo de mi carrera profesional me ha sucedido en varias ocasiones que la persona le daba excesiva importancia a lo que ponía en su tarjeta de presentación, al título. Puedo llegar a entender parte, pero no lo comparto del todo. Me interesa más lo que eres, lo que sabes, y lo que aportas, que la frase que te tengamos que poner en tu tarjeta de presentación. El ser frente al parecer.
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