Con el tiempo he aprendido a no prejuzgar cuando recibo información solo de una parte. La experiencia me ha enseñado, a base de equivocarme, que cuando alguien me viene con un tema en el que está involucrada otra persona, es recomendable contrastar opiniones con todas las partes. No hay verdad pura y si mucha interpretación y falta de visión objetiva. La información parcial o sesgada, hace que decidamos mal. Es mejor reunir toda la información para tener una visión mayor. Aquí me viene a la mente lo del juicio del Rey Salomón:
En él se escribe el recurso que utilizó Salomón, rey de Israel, para averiguar la verdad en un caso judicial que se le presentaba: la disputa entre dos mujeres, el hijo de una de las cuales había muerto; ambas decían ser la madre del niño vivo.
«Ésta afirma: “Mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto”; la otra dice: “No, el tuyo es el muerto y mi hijo es el que vive.”» Y añadió el rey:
—Traedme una espada.
Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey dijo:
—Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra.
Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y le dijo:
—¡Ah, señor mío! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis.
—Ni a mí ni a ti; ¡partidlo! —dijo la otra.
Entonces el rey respondió:
—Entregad a aquélla el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre.
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