Toda relación comercial se basa en la confianza. Nadie compra algo pensando de antemano que la otra parte le va a estafar. Somos capaces de comprar un producto más caro que otro similar por el simple hecho de que nos genera mayor confianza. Una parte de la transacción deposita la confianza en la otra, que a su vez, debe ser merecedora de ella. La palabra confianza procede del latín; Cumfidia. Cum= con, Fidia= fe. Cuesta mucho ganarse la confianza pero poquísimo perderla. Si por el motivo que sea se falla, hay que actuar y resolver el problema lo antes posible para evitar la pérdida de confianza. La forma en que se resuelven los problemas de los clientes aumentan o disminuyen la confianza.
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