Cada persona es diferente, sin embargo nos relacionamos con los demás como si la nuestra fuera la verdad absoluta. Así, lo que pensamos que es bueno para nosotros debería serlo para el resto. Lo que nos motiva a nosotros, pensamos que también lo hará con los demás. Y normalmente no es así.
La temperatura del agua de la piscina es una, es un parámetro medible, objetivo. Sin embargo, para ti puede estar fría y para mi caliente. Cada uno tenemos un termómetro interior (si, los niños, lo tienen averiado) y en base a él y a otras circunstancias (temperatura exterior, cómo me encuentre ese día, experiencias previas,…) para mi estará fría o caliente. La forma de saberlo es entrando. De poco vale que te digan que está caliente si no conocen tu termómetro. Con las personas es parecido. Si queremos acertar, deberemos conocer su termómetro.
¡¡¡Muy bueno!!!