El ser humano está hecho para detectar (y recriminar) lo que no está bien. Por ello, nos centramos en el error, en lo que se hace mal. El ojo, nos guste o no, se va ahí. Detectamos lo imperfecto, lo que no funciona, y especialmente, lo que los demás hacen mal. Nos puede gustar o no, pero es así. Tenemos que hacer un esfuerzo mucho mayor para detectar lo que está bien. Además, damos por hecho que lo que está bien debe estarlo, por eso nos cuesta tanto reconocer. Me gusta llevar la reflexión a la visión y el análisis global. Si alguien, organización o persona, hace el 99,9% de lo que hace bien, no pongamos el foco en el 0,1%. Salvo que ese 0,1% sea igual de importante que el 99,9% restante. Quizás debiéramos olvidarnos del 0,1% insignificante y alegrarnos de ese 99,9%.
ESCRIBE UN COMENTARIO: