Tener muchas opciones bloquea. Preferimos elegir entre 2 que entre 100. Entre 2, las opciones de acertar son altas, 50%. Entre 100 opciones, la posibilidad de elegir la adecuada es más difícil, y nos frena y paraliza en la decisión. Para evitar esto, suelo recomendar definir muy bien los parámetros iniciales que reducen el número de opciones. Por ejemplo, si estás pensando en cambiar de casa, define cuánto quieres gastar, el número de habitaciones que quieres tener, la zona, si debe ser nueva o de segunda mano, si la orientación debe ser norte o sur, si debe tener balcones o jardín, si debe ser un piso o una vivienda unifamiliar, etc. Esto reducirá el número de casas a visitar. Hay personas que no concretan de inicio y visitan 100 casas, cuando solo 2 se ajustan a lo que podían haber definido de inicio. Cuando visitas la casa 100 ya no te acuerdas de las primeras, no sabes lo que quieres comprar, ni te quedan fuerzas para nada más. Posiblemente sigas viviendo en la casa en la que estás. En la empresa igual. Puedes hacer un árbol de decisión en el que vas tachando lo que no procede y te quedas con las opciones reales sobre las que debes tomar una decisión.

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