Solo puedo hacer mi trabajo si no tengo que hacer el de los demás.
Cuando comencé a trabajar en mi empresa actual no había Equipo Directivo, sólo personas responsables que “les habían” puesto como responsables de departamento y que en muchos casos, no querían estar ahí.
La historia se repite. Por un motivo u otro es difícil encontrar empresas donde haya Directivos. Hay responsables con visión local (su departamento), pero no directivos con visión local + global (departamento+ empresa).
En mi caso, tenía que decidir todo. Un precio de una pieza, el criterio de calidad de otra, precios de compra, financiación,… Es decir, hacía de todo menos lo que realmente tenía que hacer, mi trabajo. Y es que la forma de que un Director General pueda hacer su trabajo es que tenga gente buena a la cabeza de cada departamento, y que cada uno haga lo que tiene que hacer (además de tener visión global y contribuir al conjunto). Para esto hay tener un Equipo Directivo potente, y si, evidentemente tienes que coger gente mucho mejor que tú en cada campo específico, pero tú tienes que ser el mejor en el tuyo. Tienes que tener un conocimiento global, pero no uno específico en cada campo, para eso ya están ellos. Ese conocimiento específico lo debe tener cada Directivo, y ser suficientemente bueno como para no precisar de apoyo constante. Si un Directivo necesita ese apoyo constante, tienes un administrativo a precio de Directivo, y eso no te lo debieras permitir, está cobrando mucho más de lo que genera.
Como Director General, una de tus principales funciones es hacer crecer a tu equipo. Tienes que retarles, desarrollarles, reconocerles, dejar hacer,… Esto lleva mucho trabajo, pero es una de las claves para que la organización que diriges funcione y perdure cuando tú no estés. Ellos son la fuerza de la empresa, los que deben transmitir la cultura y la estrategia, los que hacen posible que sus equipos funcionen, y así todos los departamentos, y en definitiva la organización.
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