Las personas y los objetos adquieren importancia cuando uno está a punto de perderlos.
Qué importante es sorprendernos con las cosas cotidianas. Qué fácil olvidamos lo que nos costó obtener algo una vez que ya lo poseemos. Demos valor a lo que tenemos y no solo a lo que no tenemos.
Tenemos mucho más de lo que necesitamos y sin embargo anhelamos más. Vivimos en una sociedad en la que lo material parece más importante que lo espiritual. El tener frente al ser. Algún día te morirás, y en tu funeral estarán las personas que te aprecian y quieren. No irán ni tu coche, tu móvil de ultima generación, tu reloj o tu televisor. Ni Spotify, ni Netflix ni HBO acudirán a tu entierro. Te llevarás tus experiencias vitales.
Aprendamos a poner en valor lo que ya tenemos, sorprendamos con ello. Una familia, agua, luz, amigos, un coche, un frigorífico, calefacción, un trabajo,…
En lugar de mirar hacia arriba, procura mirar también hacia abajo. Obviamente, hay gente mejor que tu, pero mirando hacia abajo te das cuenta de que eres un privilegiado. Párate y disfrútalo.
Estoy totalmente de acuerdo. Cuando te vas dejas todo, absolutamente todo lo que tenias, o creías tener. y preunto ¿Que te llevas?. Todo lo bueno que hiciste. Obras buenas, ayudas, amistad, genersosidad, ayuda a necesitados….y como por ejemplo Madre Maria de Calcuta, que al hacer el viaje de vuelta hizo tanto bien que tuvo que pagar exceso de equipaje.