¿Fuiste de pequeño alguna vez al circo a ver al hombre más fuerte del mundo? Si, ese grandullón con bigote y traje de leopardo. En cada actuación se esforzaba para levantar los doscientos kilos anunciados en la publicidad del circo. Cada día daba el 100% ara levantar el peso. ¡Todos los días!
A mi me asombraba desde que era niño ver a una persona dando el techo de su esfuerzo en su trabajo todos los días. Yo, desde bien pequeño me preguntaba más de una vez ¿por qué no levanta un poco menos de peso? Nadie lo habría notado. Si fuera él, levantaría algo menos para que fuera más fácil mi trabajo. Así no tendría que esforzarme todos los días en dar el 100% en cada actuación. Ese mínimo porcentaje no cambiaría la impresión causada en el publico. Nadie se daría cuenta.
¿Por que el hombre mas fuerte del mundo no lo hacia?
Por que se empeñaba en llegar al limite de sus fuerzas en cada una de sus actuaciones? Es verdad, que si un día levantara un poco menos de peso lo tendría mas fácil. No necesitaría esforzarse al máximo cada jornada de trabajo. Su vida seria mas llevadera. Pero unos días mas tarde se vería obligado a reducir el peso otro poco para no tener que esforzarse al máximo. A la semana reduciría el peso de nuevo para no tener que dar el tope. Como muy tarde, pasados unos meses, tendría que buscarse otra profesión menos agotadora porque nadie iría al circo a ver a un forzudo que levanta poco peso.
La cultura del esfuerzo
Solo cuando el hombre mas fuerte del mundo se marca como meta levantar el 100%o cada día logrará elevar por encima de sus hombros los doscientos kilos sin derrumbarse. La única manera que tiene de mantener un nivel de rendimiento alto consiste en querer llegar al máximo cada día. Así le ocurre al hombre mas fuerte del mundo, a la cantante del momento, al actor de moda o al tenista profesional. Se esfuerzan en darlo todo en cada actuación, escena o partido. ¿Por que el tenista numero uno lucha cada bola? Por que la cantante numero uno se esfuerza al máximo en cada actuación? Por la física del agua. A 99 grados el agua solo quema, a 100 grados herve. El agua hirviendo produce vapor, y el vapor mueve las turbinas de las enormes hélices de un barco de gran tonelaje o de una pesada locomotora. Y es un
único grado. Un solo grado mas que marca la diferencia. ¡’Toda la diferencia! El caballo ganador en una carrera se lleva todo el merito, el mayor premio. El segundo caballo gana muy poco en comparación. Una diferencia muy grande en ganancias para una distancia de una sola cabeza entre ellos
Del libro: Cómo liderar hoy con 4 conversaciones, de Alejandro Hernández