No debemos olvidar nuestros orígenes. De dónde venimos y los esfuerzos que hemos hecho para llegar hasta donde estamos hoy. Tanto a nivel personal como a nivel de empresa. Hace poco he visitado una empresa familiar que me contaba sus inicios, sacrificios y esfuerzos realizados para llegar hasta donde están hoy. Me encanta conocer las historias de las empresas, son parte de una o de muchas vidas, parte de la propia historia del pueblo en el que están. Al principio, la mayoría se juegan todo a una carta. A una carta llena de ilusión, y quizás con mucho esfuerzo y constancia hagan que ese proyecto incipiente se convierta en una buena empresa. La mayoría de las historias son de sacrifico y esfuerzo familiar. Para quitarse el sombrero.
Los tiempos cambian y las empresas se adaptan, pero creo que de vez en cuando es bueno mirar atrás, rememorar de dónde venimos y hacer un repaso de la vida de nuestra empresa. Habremos empezado de una forma, habremos crecido, tomado decisiones acertadas y erradas, habrá pasado gente diversa a lo largo de los años… mucha historia, nuestra historia. Rememorar los orígenes y los logros alcanzados hasta hoy, ponerlos en valor, y celebrar de vez en cuando. Celebrar y sentirse orgulloso.
Evolucionar desde le origen…
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