Existe el placer porque existe el deber. Al igual que existe el derecho, pero lleva consigo una obligación. Normalmente nos gusta la parte bonita y nos olvidamos de la fea, la que lleva esfuerzo. Así, hay mucha gente que reclama sus derechos insistentemente sin haberse acordado antes de cumplir con sus obligaciones (aquello de quiero una vivienda digna…). Y claro, pretendemos que todo sea gratis, y esto no es así. Y además, es injusto para todo aquel que ha cumplido con sus obligaciones, en ocasiones con mucho esfuerzo. A usted le darán el premio por ganar la carrera, o un diploma por participar. Pero hay demasiada gente que quiere recoger el primer premio sin haber participado en la carrera, y sin tan siquiera haber entrenado un poco. Y esto es lo que hace grande, mediocre o pequeño un país. La recompensa sin esfuerzo, hace vago a un país, una empresa o a una persona. Nunca diré que no reclames tus derechos, pero siempre que hayas cumplido antes con tus obligaciones. Así que da para recibir. Lucha para ganar. Pero por favor, no mendigues tus derechos sin haber movido antes un dedo.
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