Tengo muchos amigos consultores, y algunos de ellos, leen el blog. Hoy voy a hablar de la consultoría, pero lo hago con cariño, que nadie se me mosquee. Conozco a consultores que me han contado el chiste del consultor, el pastor, el perro y las ovejas, y nos hemos reído juntos. Hace poco leía una definición, paralela al chiste que me hizo gracia: “son señores que no trabajan, pero te dicen cómo hacerlo”. Hay de todo. He trabajado con consultores magníficos, y con consultores pésimos a lo largo de mi carrera profesional. Recomiendo pedir referencias y tomar la decisión con información, de lo contrario, en caso de no elegir bien, el gasto es importante. Lo he sufrido.
Considero que los consultores son importantes para las organizaciones por varios motivos:
Conocen la teoría de algo que tu no conoces o conoces poco(en ocasiones, algunos, conocen también la práctica ).
Pueden tener experiencias de implantación en otras empresas (esto solo los que conocen la práctica del punto 1).
Vienen de fuera, tienen las gafas de ver diferentes a las nuestras, pueden ver lo que nosotros no vemos. Mente virgen.
Te traccionan para implantar, pensar, cambiar…. Si dependiera de nosotros solamente, se alargaría o no se haría. Son necesarios para la mejora de la organización.
Reservas tiempos para dedicar al proyecto.
No obstante, la consultoría tiene ciertas trampas para las empresas, por lo menos, a mi modo de ver:
La receta no es única. La teoría precisa adecuación a la empresa. El método implantado en una empresa, puede no funcionar en otra. En ocasiones, casi todas, te ofertan algo sin conocerte, o conociéndote muy poco. Es lo fácil, aplicar la teoría/método estándar.
Un consultor aporta los primeros 3 años (salvo en contadas ocasiones). Después, viene a pasar el rato o a intentar hacer un proyecto que te hace poca falta. Conmigo, salvo casos puntuales para temas muy específicos, cambian cada 3 años. Pueden volver más adelante, cuando tengan cosas nuevas. Pienso que es bueno para ambos, empresa y consultor.
El consultor te ayuda, pero implantas tú. No podemos esperar que el consultor venga a realizar una implantación a tu empresa. Tu eres el responsable de ella y de gestionar la implantación con tu gente. Hay que tener clara cúal es la labor del consultor.
El dinero que cuesta la consultoría, puede ser gasto o inversión. Cuando el consultor nos cuenta la teoría de la estrategia por ejemplo, y definimos el plan estratégico en base a un método, es gasto. Solamente pasa a ser inversión cuando somos capaces de llevar a la acción la teoría que hemos pagado. Es decir, cuando implantas. Ahí esta la generación de valor. Hacer un proyecto con una consultora no genera valor, el valor lo generamos nosotros cuando somos capaces de asimilar el conocimiento que nos traspasa el consultor y lo implantamos.
Un proyecto de consultoría cuesta dinero, hay que tener muy claro que le vamos a poder dedicar tiempo al mismo. Si no, gasto en vez de inversión.
Dejo éste video para aquellos consultores teóricos (la mayoría con los que he trabajado conocen la práctica):
COMENTARIOS (1)
1 
¡Fantástico post Jon! ¡Bien resumido y explicado! Y eso que hago consultoría…. 😉
Y también lo aplicaría para muchos responsables de empresa… Como bien vemos en este video, con el gran Robin Williams. ¡Conectamos desde la emoción!
Gracias por el post.