Tenemos que tener muy claros los números que manejamos en la organización. No se trata de más o menos, los números deben ser fiables, son los que son. Normalmente, la mayoría de las decisiones las tomamos basándonos en números. Si estos no son correctos podemos poner en riesgo muchas cosas; podemos abandonar clientes porque a priori no son rentables, realizar inversiones cuando no son necesarias, vivir pensando que vamos muy bien cuando no es así, producir artículos deficitarios…
Es vital tener los números claros para poder decidir…
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