Tienes dos opciones:
1. Quedarte sentado en tu silla de ruedas maldiciendo al mundo y con una campanilla que haces sonar cada vez que quieres algo.
2. Enfrentarte a la vida. Entender que no puedes cambiar el pasado, pero que tu futuro depende de la actitud que tengas de hoy en adelante. Y, decides bailar con la vida…
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