Está bien cometer errores. Es una forma de aprender. Prueba-error. Pero tiene que haber ciertos límites. Tropezar con la misma piedra está bien, pero no todos los días, ya que significa que no estás en modo aprendizaje. La piedra no cambia y tú tampoco.
Sería preferible aprender sin darse tortazos, que también se puede. De hecho, pienso que realmente el aprendizaje se da de las dos formas; ocasiones en las que aplico lo aprendido anteriormente (relacionado o no), mi intuición o mis capacidades, y no tropiezo, pero aprendo. Y otras, en las que, por diversos motivos, hago, pero el resultado no es el esperado. Corrijo y vuelvo a hacer. Y también aprendo. Y es que no hay gente que no falle nunca de la misma manera que tampoco puede haber gente que falle siempre. El problema está en que se ha puesto de moda decir que se aprende del error, tropezarse con la piedra, levantarse no sé cuántas veces,…. y está muy bien, pero hay que preguntarle de vez en cuando a la cuenta de resultados. Ya que, si tenemos mucha gente que se tropieza constantemente, aprender, aprenderemos, pero habrá que calcular a qué coste.
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