Prácticamente todo se consigue con esfuerzo. Sudor y lágrimas. No existen atajos, es cuestión de trabajar y no poco, de recorrer un camino que suele ser largo.

Te dirán que nadie lo ha hecho antes, que es imposible. Si realmente es tu pasión, ¡a por ello!. Todo lo que se ha conseguido en este planeta se debe a que alguien insistió.

A pesar de que el contexto no ayude, no me considero pesimista. Me gusta marcarme metas y esforzarme por alcanzarlas y mejorar. Veo la parte buena del mundo, el vaso medio lleno.

Tu empresa tiene que tener atractivo. Deberá ofrecer como mínimo salarios de mercado, quizás algo más que de mercado para aquellos que tienen un talento descomunal.

Trabajar es duro. Son pocas personas las que pueden vivir sin trabajar. Es cierto, que hay gente que no quiere trabajar, y vive del cuento a costa de los demás (la paguita).

Cuando era muy pequeño me corte abriendo una lata de paté de las de entonces. Me dieron 5 puntos. No he vuelto a cortarme con ninguna lata. Pero la cicatriz lleva conmigo desde entonces.

Hace años estuve una semana en Japón haciendo una formación LEAN con una consultoría española, en la cual visitábamos un montón de empresas.

Ahora más que nunca es necesario tener cintura. Poder girar a gran velocidad para adaptarse a los cambios que se dan en el mercado.

Supongo que te habrás percatado de que el trabajo normalmente son 8 horas al día. A lo largo de tu vida son muchas horas.

Normalmente, en la mayoría de los casos, el éxito es proporcional al esfuerzo que se realiza.

Siempre he dicho que debemos intentar buscar un lugar de trabajo en el que nos sintamos relativamente felices.

Hay un dicho árabe que dice que tú puedes llevar al caballo a la fuente, pero es el caballo el que decide si bebe o no. Realmente, poco podemos hacer por la gente que sistemáticamente no quiere.