Una de las principales diferencias entre la gente que tiene éxito y la que no lo tiene es el FOCO.

Normalmente, para que a ti te vaya bien en la empresa en la que trabajas, la empresa tiene que ir bien. Por eso, es necesario alinear tus objetivos con los objetivos de la empresa.

Esa es la actitud. Otra cosa es lo que se consiga. Cada persona en su puesto debería procurar ser el mejor profesional del mundo.

Se gana al pasar la meta. De igual forma, en el mundo empresarial, se gana cuando se alcanzan los objetivos / resultados. Y esto debe ser en todos los departamentos.

Es muy importante tener claro qué dirección llevamos. Por ello, recomiendo de vez en cuando levantar la cabeza y mirar dónde estamos.

Es fundamental tener siempre presente la importancia de las tareas que tenemos que realizar, priorizarlas, y llevarlas a la agenda mensual, semanal y diariamente.

Blanco o negro, y para ello, sobran las interpretaciones. La objetividad se consigue con datos. Tu opinión puede no ser objetiva porque tu realidad está condicionada por tu percepción.

Los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas. Miramos hacia arriba con objetivos ambiciosos, pero avanzamos pasito a pasito sobre el suelo.

Cualquier objetivo que merezca la pena lleva tiempo. Un objetivo que se alcance en un par de horas, posiblemente no será muy retador ni ambicioso, y no cambiará la vida.

Arrancamos el año, y como cada año, este será más divertido que el anterior. O lo que es lo mismo, va a haber que correr más, pero lo importante es correr también mejor.

Es importante tener claro cuáles son tus objetivos. Una vez que los tengas claros, el 80% de tus tareas debieran estar alineadas con estos objetivos.

Las cosas de palacio van despacio. Las cosas importantes llevan su tiempo. Si tienes prisa, relájate. Vísteme despacio que tengo prisa.