Llevo 13 años escribiendo en mi blog con una media de 3-4 posts semanales. He escrito 2 libros, y estoy trabajando en el tercero (Hay tiempo para todo. ¡Organiza tu vida!).

Vemos el mundo desde nuestros ojos, sin pararnos a pensar que cada uno tiene los suyos. Vemos el mundo con nuestro esquema mental, sin pararnos a pensar que cada uno tiene su propio esquema.

Todos nos sentimos muy a gusto a medida que tachamos tareas pendientes de nuestra agenda. La sensación de que hemos trabajado mucho nos invade.

Es fácil testar para conocer si tu trabajo lo seguirás haciendo en el futuro o te sustituirá un robot.

Siempre comento que el que no tiene hijos no conoce lo que es la paciencia. De igual forma, valoramos mucho más el trabajo de nuestros padres, al serlo nosotros.

No es más que utilizar lo que tenemos en la parte de arriba de nuestro cuerpo.

Suelo recomendar dedicar tiempo a pensar, para mi es imprescindible. Pero solo con esto no vale. Después hay que actuar. Hay mucha gente que entra en modo bucle en el diseño.

Ni mejor ni peor, diferentes. Nos enfrentamos al reto de trabajar conjuntamente varias generaciones en un mismo lugar.

Todo lo que hacemos en la vida debe tener cierto equilibrio, y digo cierto, porque en función de tu etapa vital y el contexto, unas actividades pueden requerir más atención que otras.

Toda vida debe estar equilibrada. Mucho de una sola cosa desequilibra, mata. Me viene a la mente la figura del kamikaze, que pone todo su empeño en un único objetivo, pero que le lleva a su muerte.

Normalmente todo es mucho más sencillo de como lo programamos. Nos encanta complicarlo todo para que parezca mejor, pero que sea complejo no significa siempre que sea mejor.

Tu enemigo más grande lo llevas dentro, eres tú mismo. A la vez, tu mejor amigo, está dentro de ti. Trabájate interiormente para que tu amigo sea más importante que tu enemigo.