Normalmente todo cliente es a la vez proveedor de alguien, salvo que seas el último en la cadena. Y aún siendo el último en la cadena, posiblemente serás proveedor en otro producto o servicio. Considero una buena practica que cuando seas cliente pienses como proveedor, y cuando seas proveedor pienses como cliente. Posiblemente así, poniéndonos en los zapatos del otro podamos entender mucho mejor las necesidades de cada uno y colaborar conjuntamente para lograr soluciones.
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