Solemos comprometernos con un montón de gente (trabajo, familia, amigos, asociaciones,…) y solemos cumplir. Sin embargo, fallamos en los compromisos con nosotros mismos. ¿Cuántas veces no has hecho algo que estabas deseando hacer para ti, lo has dejado para más tarde, o quizás para siempre? Respetamos nuestras promesas con los demás, pero no somos tan estrictos con las que nos realizamos a nosotros mismos. ¡Respétate! Sé puntual con aquello que habías planificado para ti. Sé puntual contigo mismo. Date valor. Deja de mirar hacia fuera y mira un poco más hacia dentro. Cumple tus compromisos contigo mismo.
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