Cuando el militar francés Louis- Hubert Lyautey (1854-1934) estaba en África le pidió a su jardinero que planta un árbol cuya copa le parecía especialmente majestuosa. El jardinero le informó de que un árbol de ese tipo tardaba doscientos años en alcanzar su madurez.
– En ese caso, dijo Lyautey, no hay tiempo que perder. Plántalo hoy mismo.
Del libro: #Superprofesional