LA VACA Y LA ATADURA

2 marzo, 2019. 0 Comentarios

LA VACA Y LA ATADURA

2 marzo, 2019 / 0 Comentarios

Un viejo maestro y su discípulo, tras visitar los parajes más pobres de una provincia, llegaron hasta la casa más triste de la comarca, donde pidieron alojamiento y pasaron la noche.

En aquella casa de seis metros cuadrados – repleta de basura, desperdicios y cuyo techo dejaba filtrar el agua- vivían ocho personas (el padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos vestidos con ropas viejas y malolientes) en la más absoluta pobreza, y cuyo único medio de subsistencia era una vaca flaca que les daba el alimento justo para sobrevivir.

Antes del amanecer, el viejo maestro se despertó, saco una daga de su bolsa, y de un tajo degolló a la vaca; luego, sin inmutarse, se marchó junto al discípulo que preocupado se preguntaba sobre el futuro de aquella familia.

Un año más tarde, el viejo maestro y su joven discípulo regresaron al mismo lugar, vieron que sobre aquella casucha se levantaba ahora una casa grande y recién construida. El joven discípulo, con tristeza, pensó que sus antiguos moradores habían abandonado el lujar, pero, para su sorpresa, tras acercarse a la casa y preguntar sobre sus moradores, descubrió que aquellas personas eran las mismas.

El joven preguntó al padre las razones del cambio y este le contó que hacía un año habían perdido drásticamente su único medio de subsistencia, la vaca. Le contó también que al principio su reacción fue de absoluta desesperación y angustia, se dieron cuenta de que, a menos que hicieran algo, su supervivencia estaría comprometida.

Así fue como notaron que detrás de la casa, debajo de mucha basura y chatarra, había tierra fértil. Despejaron el sitio y empezaron a sembrar, y la improvisada granja empezó a producir más de lo que necesitaban para vivir, por lo que empezaron a vender lo cosechado, primero a sus vecinos y luego al pueblo entero, obteniendo el dinero suficiente para vestirse mejor y arreglar la casa. Aquella familia vivía de modo conformista y la vaca era una cadena para ellos y no les permitía crecer.