Cuando tienes muchos problemas es el momento que más tiempo debes dedicar a la reflexión. Posiblemente, algunos de ellos, necesitarán actuación inmediata, pero no todos. Prioriza lo que tienes que resolver de forma inminente, y el resto del tiempo dedícalo a pensar. Dedicarte a resolver lo urgente es el corto plazo, pero para evitar sólo dedicarte al corto en el futuro, deberás llenar parte de tu tiempo con el medio y el largo plazo. Trabajar el largo para reducir el corto.
Ayuda muy poco ir como “pollo sin cabeza” o lo que también se conoce como “apagafuegos”. Si eres responsable de un equipo, lo peor que puedes hacer es transmitir nerviosismo. Si tu gente te ve nervioso, se pone nerviosa. Así que deja de correr con la manguera de un lado para otro, y dedícate a pensar.
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