¿Te has despedido a ti mismo?
Consiste en perder la ilusión por el proyecto en el que estás. Acudir al trabajo a que pasen las 8 horas sin poner excesiva gana en lo que se hace y mirando el reloj constantemente para “huir” de allí. Tener actitud negativa y ser apático con todo lo que te rodea. No mostrar interés por todo lo que se hace en tu empresa. No contribuir ni opinar. En ocasiones, responder mal a tus compañeros o “ladrar”. No querer aprender nada nuevo. No disfrutar ni celebrar las cosas buenas que se alcanzan en la organización.
Es lo que se llama el despido interior. Aparentemente estás vivo por fuera, pero muerto por dentro. De la misma forma, estarías mejor fuera que dentro. Vete. Llega a un acuerdo con tu empresa. Vive por fuera y por dentro, pero afuera.
COMENTARIOS (3)
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Buenos días.
En esta reflexión que has compartido ¿Donde quedaría el papel de la empresa para la motivación del empleado, para el seguimiento y desarrollo de sus trabajadores? ¿Cuanta responsabilidad se puede achacar a una empresa o líder de una persona que llega al punto de despedirse? ¿Que interés a mostrado por el desarrollo profesional de este?
Muchas gracias.
Hola Miguel,
Espero que estés bien en este escenario tan “divertido” que nos está tocando vivir.
En posts anteriores ya he compartido esto que comentas. Hoy prefería hablar de los zombies, que los hay por voluntad propia a pesar de mas muchas cosas que pueda hacer una empresa.
Está claro que en la mayoría de los casos la responsabilidad es compartida. Dos no discuten si uno no quiere. Pero hay casos en los que uno solo busca pelear siempre.
Saludos,
Jon
Estamos bien, gracias, llevando la “diversión” a límites insospechados.
Entiendo tu punto de los zombies y lo comparto.
Un acuerdo de las 2 partes puede beneficiar a ambos en bienestar y clima laboral.
Gracias.