Todo lo que hacemos en la vida debe tener cierto equilibrio, y digo cierto, porque en función de tu etapa vital y el contexto, unas actividades pueden requerir más atención que otras. Pero no toda tu atención. Cada vez nuestra sociedad se dedica más a unas cosas y se olvida de otras. Lamentablemente, las horas de móvil, tele y videojuegos llevan gran parte del día de los jóvenes. Lo inmediato e instantáneo, el impulso ha matado a la pausa. Atrás quedó la reflexión, la escritura y la lectura. El sosiego y la paz no existen. Vivimos en una época de diarrea mental, que hará que la profesión más demandada en el futuro sea la de psicólogo y psiquiatra.
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