Pasaba hace un par de semanas por un polígono industrial en Alicante y me llamó la atención un Porsche Panamera.
Inicialmente me llamó la atención el coche, me parece muy bonito. Pero después, mis ojos se fueron a los detalles. Todos los coches estaban bajo uno sol abrasador, a 35ºc, pero el Panamera era el único coche que tenía una tejavana, con lo que el coche estaba a la sombra.
Me recordó cuando llegué a la empresa en la que actualmente trabajo, ya que había destinado un sitio de aparcamiento para la Dirección. Era el sitio más cercano a la entrada a las oficinas dónde se podía aparcar. Duró poco. A la semana siguiente, ese y los tres de al lado se reconvirtieron en el parking para las visitas. Ese es el primer mensaje, el cliente es importante (el resto de visitas también, pero menos). El segundo mensaje, es que en este barco yo soy uno más, y también remo. Si llueve, también me mojo, como los demás. Porque en ocasiones me toca aparcar hacia el final y me mojo. Ser Director General no significa que no pueda andar 200 metros.
ESCRIBE UN COMENTARIO: