No se puede generar ilusión desde el terror. Nuestra gente no puede trabajar por miedo a que le suceda algo. El miedo paraliza y hace que la gente no de lo mejor de sí. En un entorno de miedo, las personas se limitan a actuar mecánicamente y a cumplir con lo mínimo exigido. Tenemos que dar alas a la gente para que puedan volar. La creatividad y la innovación son lo opuesto al miedo. El miedo paraliza.
Además, no se puede disfrutar desde el miedo…
Las urgencias, a veces, provocan ansiedades en toda la línea de trabajo. Si estas ansiedades no se canalizan convenientemente, generan estrés y éste a su vez induce a la sobrepresión en las exigencias, a veces a través del miedo.
Evidentemente no podemos permitir que el miedo se apodere de las personas porque como bien dice Jon, las personas se limitan y es muy difícil que en ese estado sean capaces de tener iniciativa ni de ser flexibles para la toma de decisiones adecuadas, que ayuden a resolver los problemas.
Gracias Jon por apuntar a un asunto con el que se convive a menudo y sin presentarlo como tal no se aborda ni se piensa en él.