Ni antes ni después, en el momento adecuado.
A lo largo de mi vida laboral he aprendido que es muy importante saber interpretar los momentos. Implantaciones que son válidas pueden fallar porque el momento elegido no es el apropiado.
Considero que este es un rasgo esencial que debe tener un directivo, saber cuándo hacer las cosas. Saber medir los momentos. Muchas veces las implantaciones no funcionan, porque nos hemos anticipado o el tren ya ha pasado.
Lo normal suele ser anticiparse. Hacer cosas cuando la organización no está preparada. En este caso nos puede la impaciencia y nos lanzamos al fracaso seguro. Debemos entender que la mayoría de las cosas ocurren por evolución, y que la gente está preparada para dar el último paso cuando ha dado todos los anteriores.
Hay gente que no ha aprovechado los momentos. Le ha pasado el tren varias veces por delante, no lo ha visto, y es que ni tan siquiera ve la estela de humo que ha dejado. Esta gente no está mirando donde tiene que mirar. Tiene mal puesto el foco.
Hay especialistas en medir mal los momentos y hacer todo a contrapié. Esto sólo genera más problemas, en los que van a actuar a destiempo, generando más problemas, y así se pasan la vida, viviéndola en un bucle cerrado.
Es imprescindible que cuando tomemos decisiones de cierta entidad, paremos, y nos hagamos la pregunta; ¿Es este el momento para hacer esto? ¿Habría otro momento mejor?
COMENTARIOS (1)
1 
Muy cierto. Hace poco me contaron que el primero que montó una central lechera, fracasó. Sencillamente no era el momento.