La mayoría de las veces no hay objetivos imposibles de alcanzar, el problema está en los plazos. Más que objetivos exigentes, pecamos de poner plazos exigentes, y obviamente, no alcanzamos el objetivo (en tiempo). Es interesante reflexionar sobre este concepto, y cuando el objetivo no se alcanza en plazo, analizar si tenemos que claudicar o si realmente se trata de una cuestión de tiempo y tenemos que seguir trabajando. Personalmente creo que lo importante es alcanzar los objetivos, y el tiempo, como diría Einstein, es relativo. Quizás debemos pensar menos en el cuándo y más en el qué.
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