Si soy tu responsable, estoy para ayudarte, pero bajo determinadas premisas. Solo para que lo veas claro, yo también trabajo, y mucho. Y a pesar de ello, considero que una de mis principales funciones es prestarte apoyo, pero ten muy claro que yo no tengo que realizar tu trabajo. A mi no me pagan para eso. Así, que cuando tengas un problema, espero que lo soluciones, o al menos que lo intentes. Y si no puedes, mi puerta está abierta para ti, pero espero que lo hayas analizado bien, y me plantees varias soluciones o al menos tu punto de vista. Porque si cada vez que tienes un problema tienes que acudir a mi, tenemos otro problema mayor, el problema eres tú.
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