Es importante el “para qué” hacemos las cosas, el “qué” hacemos y el “cómo” lo hacemos. Pero todas estas preguntas deben dar lugar a un buen resultado. No perdamos el norte. A nadie le gustaría ingresar en el hospital para operarse de la pierna derecha y que le operen de la izquierda. Tampoco nos haría gracia salir del mecánico y que el coche dejase de andar a los 5 kilómetros. De igual forma, no nos vamos contentos de un restaurante famoso cuando pagamos un precio elevado por comer y la comida no era buena. Todo lo que lleva a resultado en una empresa debe hacerse bien, porque el resultado importa. Especialmente, porque si no, no se repite.
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