Este modelo establece que 20% de la empresa realiza el 80% de las tareas críticas y diferenciales. Son el core de la organización. Son trabajadores muy experimentados y capacitados, tanto a nivel técnico como de gestión. Hay un 40% de tareas que se subcontratan. Son tareas que añaden valor, pero que puede realizarse fuera. Por último el otro 40% lo componen trabajadores temporales o de tiempo parcial. Son freelance que pueden trabajar en varios proyectos y que en un momento dado los sumamos a nuestra organización de forma puntual.
En definitiva, la empresa tiene pocos trabajadores fijos que añaden mucho valor, y el resto se contrata en función de las necesidades o proyectos.